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MN Santa Inés: un tesoro barrial y gourmet en La Paternal

  • alejandra1309
  • Jun 27
  • 3 min read

Lo que guía la cocina de MN Santa Inés son el hambre y las ganas de viajar. En el espacio y en el tiempo. En esta ex panadería industrial de la Isla de la Paternal lo que importa son los sabores, el color, las texturas. Los sentidos y el plato. La creatividad, sabiduría y experiencia de Jazmín Marturet están cada mediodía sumergidas en los cuatro platos chicos, cinco platos completos y tres postres que componen la carta, siempre temporal, de esta joya barrial. 


Ubicado en Ávalos 360 y abierto de martes a domingos durante el almuerzo, este restaurante de la Paternal existe hace seis años y siempre le fue mejor. El local habló por sí solo cuando la cocinera Jazmín Marturet lo fue a ver después de la búsqueda incansable de un escenario perfecto para montar su emprendimiento. Y ahí estaba. En un barrio que todavía no decía mucho pero se estaba despertando y hoy no para de crecer. Después de ocho meses de obra en familia, la ex panadería Santa Inés tenía todo lo que necesitaba para poder dedicarse a lo que a ella le interesa: la cocina. 


Marturet toda la vida supo dos cosas: que se iba a dedicar a la cocina y que nunca iba a tener jefes. Y un poco así fue. Estudió en el IAG y trabajó mucho y desde muy chica. En México, en Estados Unidos, en Pinamar. Cocinó para celebrities y para festivales, nacionales e internacionales. Se dedicó mucho tiempo al catering hasta que se cansó y dijo “voy a abrir un restaurante”. Y este año, ese restaurante que finalmente abrió fue destacado por la Guía Michelin en la categoría Bib Gourmand como uno de los mejores en su relación precio-calidad. 


La primera conexión que tuvo con la cocina fue por sus abuelas. La materna, que aún vive, le transmitió una idea más moderna de la gastronomía, mientras que su abuela paterna le transmitió la tradición de los ravioles con estofado. Ese es el viaje que se ve y se puede experimentar en MN Santa Inés. Porque su carta cambia cada cinco semanas, pero los motivos se mantienen intactos. 


Todos los platos de la carta tienen  “satélites”, extras, para que el comensal arme y construya lo que va a probar. Siempre hay algo clásico, algo criollo y algo asiático. Siempre hay un plato vegano y siempre hay bastante picante.  Además, otro sello de Marturet, es que todos sus platos llevan fruta. Porque ningún plato de MN Santa Inés tiene el mismo sabor que otro, pero en todos se destaca la acidez con su dulzura natural. Cada plato tiene entre diez y veinte preparaciones, porque Marturet confía en la cocina como un arquitecto confía en sus planos. En MN Santa Inés, los platos ocupan todo el plato. Los panes y las pastas se hacen in situ, no compran nada hecho. Las bebidas también. Tienen su ícono, la jarra de rosado: vino rosado, pomelo, frambuesa y pimienta. Entre los tres postres siempre está la pavlova. Los otros se van cambiando, alguna vez puede haber flan y Key Lime Pie. La carta de vinos también está pensada y también cambia. 


Antes de ubicarse en el barrio, Marturet viajó mucho y sigue viajando. Porque ella no hace nada que no haya probado, en otro tiempo o en otro lugar. Estuvo en Brasil, en Chile, en Perú, en México, en Uruguay y en las dos costas de Estados Unidos. También en Asia. También en Europa. Todo eso y la tradición de acá están hoy en la carta, en las mesas y en los platos de MN Santa Inés.


Dirección: Ávalos 360 (entre Av. Elcano y Paz Soldán), La Paternal. 

Horarios: almuerzos de martes a domingos a partir de las 12.30h. Findes y feriados con reserva por WhatsApp (1158486888)

Instagram: @mnsantaines


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